No perdamos la esperanza de que todo sea mejor

La últimas noticias sobre la violencia que se ha desatado en el país no paran, y lamentablemente de un tiempo al día de hoy la situación ya ha alcanzado a nuestra querida ciudad. No hace mucho las ciudades del centro del país, medianas casi todas ellas, eran consideradas como la clásica ciudad de provincia, sin mucha gente, muy tranquilas y con lugares en los cuales el esparcimiento familiar era lo mas común.  Esos tiempos se ven lejanos y ahora lo común es ver caos vial, lugares abarrotados de gente donde las filas son de esperar al menos quince minutos para obtener lugar, y lo mas triste, despliegues de seguridad por todas las calles y mas si se trata de un lugar de gran concentración de gente. La capital Potosina que hasta hace poco se consideraba al margen de situaciones de inseguridad grave, ha dejado de serlo y ahora es usual escuchar o leer en los periódicos de al menos tres enfrentamientos cada semana entre bandas delictivas y las fuerzas de seguridad, heridos y muertos, armas de alto poder y vehículos blindados,  lo peor son que civiles, inocentes han sido alcanzados y ya son varias las muertes de personas que tuvieron la mala suerte de pasar por ese lugar a la hora y día equivocados, ojala la resignación llegue pronto a todas esas familias que han sufrido, esos daños colaterales, como tristemente los llama el gobierno. Oremos para que muy pronto se recupere la paz y la tranquilidad, que nuestras familias, y seres querido no vivan ya esa zozobra que nos provoca la inseguridad, y que los niños crezcan sanos de mente, cuerpo y espíritu para que sean el futuro de una sociedad fundamentada en los valores, roguemos para que pronto nuestra tierra vuelva a vivir en paz.

Por Tato.