lunes, 10 de noviembre de 2008

Rancho Seco se lleva la tarde

La tarde se ha vivido con un festejo muy interesante en la plaza México, era buen augurio cuando se dijo que el encierro de Media Ibarra sería sustituido por una ganadería que siempre ha sido referente en eL coso de Insurgentes, y me refiero a Rancho Seco. En general y hasta antes del quinto de la tarde la corrida no había tenido ese punto de boyantia, sin bien la lidia del interesante primero y al que el Zapata dio un correcto quehacer, a ese toro que no permitía el toreo ligado y al que tuvo que machetear de pitón a pitón en franco toreo de aliño, El Zapata con su segundo no tuvo opción y a no ser por solo detalles en banderillas lo cual dejó sin gas al toro y solo pudo hacerle algún buen derechazo, cortó por lo sano y entro a matar, en el de regalo de Medina Ibarra tampoco paso nada destacable. Guillermo Martínez en su primero se topó con el toro peor presentado de la tarde, el público se metió con el y no le dejo estar, en su segundo tampoco tuvo suerte y el toro no valía por lo que paso de puntitas. Leopoldo Casasola se llevo el mejor lote de la tarde, en su primero dejo ver su actitud y desde el recibo de capote se fue haciendo de las embestidas del burel, con la muleta el toro tenia embestidas cortas y el torero acorto distancias hasta el punto de que el toro le echo mano sin herirle, pero lo bueno llegó con su segundo un toro muy en saltillo castaño bajo y bien rematado de la línea de Garfias de nombre Jolgorio, un buen quite con el capote y buena pelea en varas presagiaban algo, con la muleta el toro se vino arriba, con bravura buen son y gran clase, además trasmitía al tendido una barbaridad, sobre todo por el lado derecho ya que por el pitón zurdo se acostaba un poco, y el concierto de derechazos, trincheras y cambios de mano fueron de escándalo, series hondas y largas, con el toro embistiendo en redondo sin solución de continuidad, un torazo al que se pidió el indulto pero al que el torero incomprensiblemente y no sin precipitación intentó matar, queriendo la gloria para si, pero dejando ir un triunfo grande, pincho hasta escuchar dos avisos y con la bronca interior se fue al callejón para llorar su frustración, no le funciono la cabeza y dejo ir el triunfo de su vida, erró el torero y el apoderado que no le pego un grito a tiempo. Pero los grandes triunfadores de la tarde fueron el bravo toro Jolgorio y su criador Don Sergio Hernández ambos recibieron el reconocimineto del público con vuelta al ruedo. Por Tato imagen media

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