El pasado viernes sucedió un hecho muy importante para nuestro México taurino, para no reincidir con bravo, Diego Silveti se convirtió en matador de toros de manos de José Tomás y Alejandro Talavante como testigo, todo paso en Gijón, ambientazo ya sabemos que el maestro José Tomás está siendo más que un revulsivo agua de Mayo para la fiesta, y para acabar con el cuadro ha dejado una de sus faenas al natural más importante desde su regreso, lo vemos asolerado, más hondo y profundo, si cabe. Talavante también participo del festín y corto dos orejas para salir a hombros, pero lo que nos importa, más, de este lado es la impronta que dejo el hijo de David, Diego, mostró sus credenciales, a veces parece como si el mismo padre reencarnara en esa planta, tan parecidos pero a la vez tan distintos, este nuevo Sileveti es más técnico y mas hecho a la española. Las palabras del maestro en la ceremonia, por cierto poco clásica sin desmonterarse y sin el habitual abrazo, fueron según hemos sabido muy sentidas, entrecortadas por el sentimiento y dejando ver lagrimas por la admiración del diestro de Galapagar al rey David y por aquella Alternativa que no se dio por el percance de este último antes de la cita corría el año de 1985, el maestro le conminó a honrar a su familia y Dinastía y amar a su profesión algo de lo que no poco sabrá él.
La Esperanza entonces es de nuestros toreros y novilleros están funcionando y que de este lado los esperamos con ansias. Este fin de semana será importante en nuestra tierra dos buenos festejos en El Paseo y El Domo marcarán seguramente el devenir del resto de la feria, esperemos que esta vez si el público se meta a las dos plazas, a ver.
Por Tato.
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