José Tomás, lo mejor de Aguascalientes

Lo único que nos dejó Aguascalientes antes de finalizar abruptamente y de manera obligada debido a la contingencia sanitaria han sido dos corridas, la primera que fue larga y aburrida y en la que después de una cogida espectacular Fabián Barba corto dos orejas cariñosas, fue mas bien la actitud y pundonor lo que el público premió. En la segunda y última de feria, se colgó el cartel de no hay billetes, con la reventa por la nubes, un boleto de trescientos pesos se llegó a cotizar en cinco mil, y había quien los pagaba, y era porque el cartel anunciaba a José Tomás, a quien la gente esperaba, después de romper el paseíllo se le entregaron dos premios por su actuación en la feria anterior. Los toros eran de Teófilo Gómez de los cuales sirvieron tres, aunque estuvieron faltos de fuerza y noblones. El Zotoluco tuvo sus mejores momentos en su segundo, haciendo faena entre la indiferencia al final fue pitado y recibió palmitas. El bullidor Arturo Macias corto dos orejas en su primero por una faena de tintes populistas, su mejor momento lo vivió en una serie con la izquierda abrochada con una arruzina que fue los mas importante, sus faenas, aún sin estructura, ataca demasiado pronto al toro y corta las series con medios pases, cambiados, y recortes que le quitan merito, el toro era muy bueno y aún a pesar de haberse ido abajo y matar mal, el juez le dió las dos orejas inexplicablemente y de manera fuertemente protestada por el público, aún así él se arrancó a dar la vuelta mostrando ambos apéndices, en su segundo nada rescatable. José Tomás, en maestro, dejó su impronta de figurón del toreo, sin un solo alarde para la galería, en su primero, lo recibió con lances muy lentos y acompasados a la verónica y remato con una media de cartel, el quite por chicuelinas muy ajustadas y revolera incluida presagiaba algo grande. Templo a la muleta desde el principio a un toro poco picado y falto de fuerza, sobandolo se hizo de él y a después de un par de series, rugió la monumental, derechazos de gran profundidad y rematados con trincherazos soberbios, ese fué el mejor lado, por el pitón zurdo el toro tenía peor condición y levantaba la cara a mitad del muletazo, fue cuando al quedarse corto empaló al torero y le cogió, no le hizo daño pero fueron momentos de angustia, abrocho con cambios de mano y después de dejar un pinchazo arriba vino el estoconazo que tumbo al toro para la primera oreja, la puerta grande estaba servida, sin embargo en su segundo, el toro de peores condiciones de la tarde, poco pudo hacer, voluntarioso y después de exponer una barbaridad, fue por la espada, al final recibió una ovación de lujo en el tercio y todos nos quedamos con la miel en los labios, pero con la ilusión que la siguiente, si el toro lo permite, podremos verlo en toda su dimensión, por lo pronto vuelve a España a continuar su campaña y de cara a su encerrona histórica en Barcelona. Por Tato.