martes, 12 de agosto de 2008

Decepciona el mano a mano

Lo que parecía sería un acontecimiento por el mano a mano que sostenían José Tomás y Morante de la Puebla el domingo pasado en la plaza del Puerto, quedo simplemente diluido a nada debido al mal juego del encierro lidiado de Nuñez del Cuvillo, y que dejó que desear inclusive alguno de presencia, las expectativas eran mayúsculas, y coincidían personalidades y seguidores de ambos toreros llegados de diferentes puntos geográficos dentro y fuera de España, inclusive de puntos tan distantes como América, el ambiente desde días antes de la corrida y antes de la misma era inmejorable, restaurantes, bares y aledaños a la plaza eran abarrotados en tan caluroso día, en la tarde el llenazo no se hacía esperar y se pagaban cantidades grandes en la reventa. Tras el paseíllo, la ovación para ambos toreros, y la salida del primero podría presagiar una gran tarde, era cuestión de que el de Galapagar tomara la muleta y después de un par de tandas, templadas, el sino de la tarde cambiaría, las siguientes el toro las tomo con brusquedad, protestando al final del muletazo con la cara alta, José Tomás lo intentaba de nuevo, y como se ve en las imágenes, a la salida de un derechazo, la colocación de frente le indicó al torero dar un pase que en principio parecía Vitolita, sorpresivamente el toro le vino al cuerpo produciéndose la cogida y consecuente cornada, una en el muslo y otra en la axila, el torero permanecería en el ruedo para despachar su lote y pasar al final a la enfermería para ser operado, su actuación posterior fue gris, acusando las cornadas, sin embargo dio algunas buenas tandas sobre todo al natural aunque los enemigos se vinieran a menos y escuchara solo ovaciones. Por su parte Morante, tampoco lo ha visto claro con su lote, dejando buenos pasajes con el capote en su personalísimo sello, y alguna buena tanda, voluntad y empeño, tampoco quedo exento de algún problema, al pasar a la enfermería para ser atendido por la falta de aire para regresar y concluir su participación, al final desilusión e indiferencia dejo en el espectador el tan esperado mano a mano, parte de culpa por el ganado y su parte por los toreros, y en el caso de José Tomás dos cornadas mas que hacen pensar en la pregunta hacia donde va este torero?, eso sí, totalmente convencido de su verdad torera, que no deja lugar a dudas de su grandeza y valor, pero que las interrogantes crecen cada vez que pisa la enfermería. Por Tato.

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